La serie ilustra el renacimiento de armero como ruina potencializadora de la memoria.
El 13 de noviembre de 1985 el volcán nevado del Ruiz explotó creando Lahares que junto a la negligencia gubernamental enterraron a este pueblo y sus habitantes,generando dolor y una suerte de amarillismo mediático, el cual aún se conserva: El dolor como espectáculo.
En las ruinas de armero se percibe su renacer como un equilibrio entre los escombros y las plantas, reafirmando la vida en la sutileza. Durante los últimos años; la naturaleza ha sido la encargada de generar memoria en este lugar de penumbra y luz, así; los marcos naturales utilizados en las fotografías son evidencia de cómo la naturaleza encuentra la manera de habitar en armonía con los escombros; sin ocultar y opacar lo ocurrido formando un equilibrio entre la ciudad destruida y la naturaleza construida, concluyendo que en la esencia de la muerte siempre hay luz al igual que en una fotografía.
Así las fotografías evidencian el diálogo de un espacio en ruina con la naturaleza, donde las casas entre raíces y manchas ahora están llenas de árboles; el hospital, lugar de nacimiento y muerte, ahora en penumbra es la madriguera de un murciélago; la iglesia parece en su forma cóncava reverberar el sonido de cantos religiosos formados por los pastizales que son movidos por los vientos, por último los objetos abandonados están llenos de naturaleza y presencia.
Aronia Ortiz















